A lo largo de los años, los seres humanos hemos utilizado a los recursos textiles como el medio específico que nos ayuda a protegernos de las temperaturas cambiantes y la exposición ambiental. Sin embargo, de manera contemporánea y con el paso del tiempo, las prendas han evolucionado para cubrir más allá de las necesidades fisiológicas de los seres humanos.
Ahora, las prendas han adquirido un carácter estético, se toman en consideración las tendencias y la percepción de la moda, se adaptan a las necesidades de la sociedad dentro de la época y funcionan como medio de expresión sobre luchas, desigualdades y creencias.
Los inicios del concepto de “moda”, se trazan dentro de la época del Renacimiento, donde aparecen las primeras figuras de profesionales de la costura. Se perseguían las siluetas amplias con mangas y faldas anchas, pero manteniendo la cintura ceñida gracias a la aparición del corsé. La realeza y las clases altas comenzaron a dictar la evolución de la moda, y la sociedad intentó adaptarla de acuerdo a su situación económica, las guerras, escaseces, imposiciones religiosas, etc.
Fotografía de El País
Antes del siglo XX, era común que la indumentaria femenina fuera constituida por múltiples capas de ropa, con siluetas que enmarcaban la cintura y con líneas conservadoras; asegurándose así de “mantener” el pudor femenino a lo largo de la sociedad.
A finales del siglo XIX, predominaban los colores negro y blanco, los cuellos altos y las mangas largas, como las características propias de la indumentaria femenina. Sin embargo, en el año de 1910 comienzan a brillar los primeros destellos de la celebración y liberación femenina por medio de la indumentaria. A pesar de que se mantenía la cintura ceñida, el diseño de los vestidos comienza a ser más ajustado y las telas más holgadas. Como guiño a la rebeldía, el dobladillo de los vestidos comienza subir y mostrar los tobillos se vuelve tendencia.
Para la década de los 20’s los dobladillos de los vestidos podían llegar incluso debajo de las rodillas. La lucha de las flappers, estalló después de años de opresión y juicio sobre la vestimenta y el estilo de vida que las mujeres en la época debían de cumplir.
En búsqueda de un trato igualitario sin importar su estilo de vida y su apariencia; las siluetas holgadas, mostrar las piernas, la eliminación del corsé, el uso de tirantes, el maquillaje intenso y el cabello corto, fueron tendencias que posteriormente se adaptaron y convirtieron en la norma.
Fotografía de Fashion-Era
Durante la época de los 30 ‘s ocurrió un breve período en donde se consideró socialmente aceptable para las mujeres el uso de pantalones. Esto ocurrió debido a la escasez de telas y los problemas económicos producidos durante la Gran Depresión, posteriormente la economía volvió a estabilizarse y el uso de pantalones por parte de las mujeres se volvió casi obsoleto. Sin embargo, su utilización mantuvo su auge dentro de las mujeres que se consideraban “modernas”.
Figuras influyentes como Audrey Hepburn fueron clave para la aceptación del empleo de pantalones como prenda femenina. Por medio de su estilo personal, Hepburn transmitía un claro balance entre las siluetas masculinas y la esencia femenina; el cabello corto y los zapatos planos fueron característicos para la liberación durante la época.
Fotografía de Vogue Magazine
En 1966, el diseñador Yves Saint Laurent, lanza el esmoquin femenino, y durante los años siguientes, la silueta logra apoderarse de los desfiles de alta costura y prêt-à-porter. Por otro lado, no es hasta los años setenta donde la lucha y la revolución de los jeans logra convertir a esta prenda como la primera “prenda mixta”.
Los jeans se convirtieron en un símbolo del rechazo a la guerra, la lucha de los negros por los derechos civiles y el resurgimiento del feminismo.
Fotografía de Elle México
Durante la misma época, la moda de las minifaldas estaba en su apogeo, esto trajo consigo un nuevo diálogo sobre la celebración del cuerpo femenino, y para la década de los 80`s los paneles con transparencias y vestidos ajustados alcanzaron su punto máximo.
Los icónicos diseños de Bob Mackie adornados con el estilo característico de Cher, se convirtieron en referentes de la época.
Así, evolucionamos hasta el siglo XXI, donde la exploración y la liberación femenina por medio de la moda es más fuerte que nunca. En la actualidad nos vemos rodeados de diferentes estilos y estéticas que nos inspiran a retar y cuestionar cualquier norma o regla establecida.
Las diferentes tendencias nos permiten formar parte de la lucha por la liberación y empoderamiento femenino; desde la sastrería, el uso de estampados, transparencias, o la eliminación de normas de género, la elección de nuestras prendas representa más que un carácter estético.
Fotografía de Vogue Runway
Finalmente, es importante reflexionar sobre los juicios y las normas que se mantienen en la actualidad.
A pesar de la gran evolución que la indumentaria femenina ha logrado con los años, el cuestionamiento sobre las expectativas que tiene la sociedad sobre las mujeres es algo que no podemos pasar por alto.
¿Es la moda un acercamiento más a la liberación femenina, o es un simple medio que disfraza a la opresión?