La Gen. Z y la
Industria de la Moda

¿Quién dicta las nuevas tendencias?

25.03.22

Texto: Natalia Millán

Diseño Editorial: Brenda Chávez

Existe un ser melancólico y pasional que biológicamente es atormentado por el caos y alboroto que vive dentro de su cuerpo y mente.

La adolescencia es una etapa de confusión, descubrimiento y crecimiento que todos vivimos de maneras distintas. Sin embargo, generación tras generación, los adolescentes han logrado transformar los constructos y bases que rigen a nuestra sociedad; y dentro de la industria de la moda no cabe excepción.   

En la actualidad, cuando hablamos de adolescentes, nos referimos puntualmente a la Generación Z. La Generación Z o Gen. Z, se establece como el grupo de personas nacidas a finales de la década de 1900 y principios de la década de los 2000. Esta generación es definida como socialmente activa; atenta a las problemáticas ambientales y el activismo que les rodea. Mantienen un vínculo estrecho con sus redes sociales, elogiando la autenticidad y espontaneidad de su vida diaria. Buscan neutralizar los roles de género y deconstruir las normas binarias para formar un entorno diverso y libre donde puedan celebrar su individualidad.

Fotografía de Vogue España

Para una generación sumamente libre, creativa y activista, la relación y difusión de la moda resulta congénita.

Dentro del mundo de la moda, las tendencias atribuidas a la Generación Z se reconocen como unas de las más experimentales, creativas y disruptivas en los últimos años. En busca de la libertad y fluidez de género, el androginismo en las líneas y cortes de las prendas; se convierte en el emblema que caracteriza al discurso de esta nueva generación. El regreso de la estética punk, prendas de cuero, parches, plataformas y el uso de estampados simbolizan la rebeldía y lucha de la Generación Z.

La nostalgia se materializa con el regreso de los 2000, una tendencia que se disfruta de manera espléndida en las redes sociales. Pantalones de tiro bajo, mini faldas, baby tees y el maximalismo ecléctico, se han convertido en lo más buscado por los nuevos adolescentes.

Naturalmente, las tiendas de segunda están inundadas con las tendencias que antes dominaban las pasarelas, y que el día de hoy son altamente demandadas por la Generación Z. De tal forma, las compras second hand, prendas vintage y treasure hunting se alinean de manera perfecta con los ideales y nuevos hábitos de consumo del adolescente ambientalista

Fotografías de Vogue Runway

Las más recientes ediciones de la semana de la moda alrededor del mundo, han dejado en claro las exigencias de la Generación Z.

La firma estadounidense, Collina Strada, presentó su colección FW22 Ready-to-Wear de una manera creativa que logra consolidar todas las características que evocan a dicha generación. Una curación de prendas creativas, genderfluid, hechas con materiales reciclados y presentadas por medio de una amplia diversidad de modelos que formaron parte de la pasarela y presentaciones online.  

Así, en los últimos años se ha demostrado el impacto generacional sobre el diseño, los negocios y lenguaje que rodea a la industria. Alcanzando a firmas como Gucci, Chanel y Prada, que en lo respectivo a inclusión y diversidad, han nombrado a un nuevo departamento organizacional encargado de administrar y alinear a las firmas con las nuevas prioridades del consumidor.  Desde entonces, han aparecido en las pasarelas y campañas de Gucci, modelos curvy, modelos de género fluido, y modelos con síndrome de down por primera vez en la historia de la marca.

Fotografías de Vogue España y Vogue Runway

En desfiles de alta costura, hemos visto a Valentino cambiar la narrativa de sus pasarelas, presentando su colección con un cast de modelos que abarca una mayor diversidad en cuanto a edades y tipo de cuerpos. Por otro lado, hemos visto a otras firmas luchar por mantenerse relevantes ante las nuevas demandas generacionales; tal es el caso del líder en lencería, Victoria’s Secret. En 2018, la firma se vio obligada a poner en pausa su icónico desfile anual para buscar una transformación que le permitiera sumarse a la parábola sobre la diversidad de cuerpos, y así salvar el futuro de su negocio.  

A pesar de los cambios y transformaciones que actualmente vive la industria, es importante cuestionar el dilema ético:

¿La representación de la diversidad, sostenibilidad y transparencia, son tan sólo una tendencia más? 

Parece que las empresas y firmas de moda han tomado a estas luchas generacionales como estandarte para convertirlo en estrategia de ventas. En realidad, apelar por la representación de cuerpos en los desfiles de moda, la transparencia en cadenas de suministro, mantener un enfoque sostenible y mejorar el diálogo con los consumidores, es una cuestión que va mucho más allá de las prendas que vestimos y de las ventas de cualquier empresa. 

Entonces sí, la Generación Z ha sido un gran vehículo para poner sobre la mesa algunos de los temas que hoy son tendencia. Sin embargo, es responsabilidad de todos exigir que dichas acciones se mantengan como la norma. Ahora, la voz del consumidor tiene el poder de cambiar la narrativa. 

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