EL SONIDO
DE LA MODA
La íntima relación entre dos grandes industrias.
10.09.21
por Darío Modotti
El vínculo entre la música y la moda es eterno, es una geometría perfecta que se manifiesta en distintos rostros, pero todos de líneas similares; puede exteriorizarse como una fuente de inspiración o exhibirse como la descripción sonora de las prendas.
Sin embargo, esta relación es mucho más profunda, casi fraternal, desde el origen donde ambas tratan de materializar lo inasible, de traer a la realidad un sinfín de emociones, un camino recorrido o la imaginación de su creador.
Una refuerza a la otra, coinciden siendo una manera de leer la historia de la humanidad, de entender nuestra evolución en el mundo. Se fusionan para acentuar la experiencia de los sentidos, se vuelven un punto de referencia que permite que una prenda o un estilo tenga un sonido y que un artista empate sus creaciones con una imagen coherente.
Fotografía obtenida de Meinke Klein
Tienen lugar en los mismos espacios casi por naturaleza propia, porque una pasarela sería un cuadro incompleto sin un soundtrack y un concierto no se volvería un ícono de estilo sin la indumentaria que caracteriza cada una de las partes de su esencia. Juntas son la fórmula que ha creado ídolos, personajes de armonía tan perfecta donde una canción no se concibe sin la estética de su autor, ni las creaciones de un diseñador sin la música que las viste.
Desde la fortuna de contar con amigos pertenecientes a la escena musical, puedo decir que estas dos industrias hablan un mismo lenguaje, ambas son auténticas, creativas, emocionales, disruptivas, se conocen y se mezclan para potencializar el permanente don de crear, son un símbolo del paso del tiempo.
